Ayer amerizó a 7 millas al sur de Cartagena el
CALDERÓN UNIVERSAL. A 350 metros del fondo marino, buscando las corrientes más favorables para adentrase en el mediterráneo, dejamos flotar una utopía
compartida por gran parte de la humanidad: ponerse en el lugar del otro.
¿Cómo
acercarnos al otro desde la distancia? ¿Cómo salvar las barreras que hoy nos
separan? ¿Cómo comunicar, tender la mano, aceptar una realidad tan diferente a
la propia -pero al mismo tiempo tan próxima, tan humana-, cómo acoger lo
diverso, lo extraño, lo inesperado, lo distante...?
¿Quién recibirá estos mensajes
en forma de objetos? ¿Cómo lo descodificará? ¿Qué uso hará del contenido y el
continente? ¿Cómo será afectado?...
Todas esas preguntas y muchas otras, más
personales y más profundas quizás, nos han ido surgiendo durante los tres días del taller "Balizas en el Mare Nostrum. Envío de objetos atravesando fronteras"con Isidro López-Aparicio, dentro de la X Edición del Festival de arte emergente Mucho + Mayo organizado por el Ayuntamiento de Cartagena, con el título: El rostro del otro. Arte y hospitalidad.
Los que participamos en procesos artísticos de esta
categoría experimentamos su potencial de transformación creativa. La experiencia
en la interacción enfocada con los objetos transforma nuestra manera de mirar
el conflicto y abre un espacio para la reflexión a través de una comunicación
más sensible y respetuosa, o al menos, más receptiva e implicada.
Desde Cartagena queremos agradecer a Isidro López-Aparicio por traernos esta potente propuesta de acercamiento al otro: una forma de compromiso que nos acerca a
nosotros mismos mediante la acción; hemos confiado algo propio a las fuerzas de
la naturaleza. Ahora nos sentimos más conectados con los potenciales receptores
de nuestro mensaje... ¿Quienes somos que nos buscamos?
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